lunes, 23 de septiembre de 2019

Adiós a un Goban


A finales de agosto dije adiós a un Goban un tanto especial para mí. No fue un accidente u oportunidad tal cual, llevaba mucho tiempo anunciándolo por una plataforma de venta de objetos de segunda mano. Bien difícil se me hacía que alguien entrara ahí y escribiera alguna palabra como Go, Baduk o Weiqi, para que le apareciera mi anuncio y descripción, más difícil aún era que si alguien escribiese eso alguna vez estuviera interesado en comprar un Goban magnético. Básicamente porque quién juega al Go y no tiene ya un tablero con piedras, tal vez para regalar a una amistad o discípulo podría interesar... en otras palabras, tal como el tiempo pasó y suponía era un objeto difícil de vender en ese medio de venta, tal vez haberlo dicho alguna vez que lo vendía por aquí hubiera sido más rápido, pero ya se vendió y lo extrañaré. No ha ido a acabar en malas manos, se lo llevó una persona bien agradable y con el fin de enseñar a jugar a otras personas, por lo que en cierto modo da alegría de que se siga usando en vez de tenerlo guardado como últimamente había estado. Hasta me pasó unos pdfs de un libro que perdí, pero esa historia ya la contaré en otro momento al recensionarlo.


Es sencillo, de unas dimensiones muy transportables hasta el punto que lo subí como parte de equipaje de mano en un avión (y unas amistades avisaron a las azafatas para que me dieran el susto de tener que confiscarlo por ser objeto peligroso). La primera foto que tengo de él es sentado en el metro de Ciudad de México, metido en su caja de cartón. Se lo había comprado a un muchacho que lo anunció por el grupo de facebook de la asociación mexicana de Go. La verdad no recuerdo con exactitud cuanto pagué, lo único que doy fe es que lo usé mucho durante mi intercambio en México. Para estudiar josekis, tsumegos y algunas partidas según iba en el metro y a veces en lo que esperaba a amistades para jugar en el campus e la UNAM, la Ciudad Universitaria. Más tarde empecé a pensar mejor e incluso a imaginarme un tablero donde resolver los tsumegos que leía y lo fui dejando un poco más aparcado.

Cuando regresé a mi ciudad abandoné más su uso. Llegué a usarlo para algunas partidas con un grupo de personas que encontré, nos llegábamos a juntar en buenos tiempos hasta 8 personas para jugar un día a la semana. Pero el tiempo nos ha ido apartando y perdiendo el contacto, incluso a mí. De esos tiempos ya es la foto que es mi emblema para las fotos de perfil de mis cuentas en servidores de Go. Un tsumego puesto en una esquina del tablero y de fondo el puente Romano de Salamanca y la Catedral (en verdad son dos, una vieja y otra más nueva juntas). Cuando fui a mi primer torneo de Go a Madrid compré en una tienda cercana un tablero fino que tiene el xiang qi por la otra cara y unas piedras coreanas, ese creo que fue la puntilla para que dejara más de usarlo.

En memoria de ese tablero magnético, por el tiempo que me acompañó, y la nueva vida que debe de tener, decidí escribir con nostalgia de él.


2 comentarios:

  1. hola!

    Bonitas palabras sobre el tablero magnético. Seguirá teniendo una buena vida. Has tomado una sabia desición.

    ¿Dónde lo compraste?

    Tengo algunos libros de Go. Si estas buscando alguno.. te dejo mi correo
    elaprendizdego @ gmail .com

    Me gustaria saber que libros tienes en pdf :)

    Estoy empezando en el Go y no conozco casi nada todavia y ni sé los blogs de Go activos...

    Un saludo!

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    1. Hola, buenos días.

      Lo conseguí hace años en México como cuento, el chico al que se lo compré lo consiguió de Corea (creo que por internet, no viajó).

      En un rato te escribiré un email. Los blogs activos ahora somos de "publicaciones trimestrales", es extraño pero tenemos un problema general de conciliación (yo mismo llevo meses sin jugar una partida, ni las de correspondencia consigo mantener). Antes que jugaba a diario y hasta escribía 5 entradas al mes...

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